Gresilva lleva más de 40 años fabricando parrillas profesionales para cocinas que buscan el equilibrio entre potencia, sostenibilidad y limpieza. En el Fórum Gastronómico presentan estos días sus equipos de última generación, pensados para restaurantes, hoteles, bares e incluso hogares.
Sus parrillas, que funcionan con quemadores laterales, evitan que la grasa entre en contacto con piedras volcánicas o carbón, lo que reduce el humo y mantiene el sabor puro de los alimentos. Toda la grasa cae en un cajón con agua, lo que minimiza olores, facilita la limpieza e incluso aporta brillo e hidratación a la carne gracias al vapor. "En dos o tres minutos está lista para usar y alcanza hasta 900 grados", explicaba Luis Fernández, cocinero de la marca, junto a Juan Rodríguez, director comercial de la empresa.
Además de su diseño robusto y duradero, su versatilidad permite trabajar técnicas como el caramelizado tras cocciones a baja temperatura, entre otras. El tamaño tampoco es un problema: Gresilva adapta cada parrilla al espacio y las necesidades del cliente, ya sea una gran cocina profesional o una cocina doméstica. Con presencia en España, Portugal, Estados Unidos, Canadá, Francia o Turquía, Gresilva apuesta por el asado perfecto. “Bueno… casi perfecto”, bromean.